Un día como otro, de hecho el 24 de diciembre, empezó lo qué durante unos días la gente de una ciudad (¿qué ciudad?) llamó "Los días del Mal".

A las 11 en punto de la mañana, una furgoneta aparca en frente de un banco. Un hombre entra en ese mismo banco. Esas son las claves.

- ... Pues eso es todo, señor - responde un recepcionista del banco.

- Muchas gracias - le contesta John.

Los ruidos normales de un banco eran lo único que se escuchaba, hasta que de esa furgoneta salieron 6 personas. Todas tenían la cara pintada con unos espirales rojos en las mejillas, mientras que el resto de la cara estaba pintada de blanco.

- ¡Que nadie se mueva! - grita una de las seis personas, mientras otras dos reducen a los guardas -. Poned todo el dinero en esta bolsa, ¡¡rápido!!

Dos de los empleados del banco meten todo el dinero en la bolsa.

John intenta coger su móvil para llamar, pero uno de los atracadores lo ve y le dispara.

- Al próximo que intente hacer algo le vuelo la cabeza.

- Lo tenemos todo - dice uno de lo atracadores, mientras todos los demás se marchan de inmediato.

Durante varios días esa ciudad fue amenazada por ese grupo de atracadores hasta que un día desaparecieron sin dejar rastro.

En un hospital de esa misma ciudad:

- Puede pasar, señora Tuck - dice Lawrence Gordon, un médico de ese hospital -. Su marido sigue en coma desde ese día, sin embargo creemos que podría despertar en poco tiempo.

- Esperemos que sí - le responde Jill casi sin poder aguantar las ganas de llorar.

Jill se sienta en una silla de la habitación, y le toca la cara a John con la mano.

Es de noche. Jill se había quedado dormida pero rápidamente Gordon la despierta.

- ¡John se ha despertado!

Jill abre los ojos y observa como John está despierto.


Un hombre se despierta sentado en una silla. Tiene las manos atadas y debajo del cuello tiene una escopeta. En una de sus manos tiene una cinta y en la otra una pistola. Asustado, reproduce la cinta, cuyo contenido es:

"Hola, James. Te preguntarás por qué estás aquí. Yo no te lo voy a decir, eso tendrás que adivinarlo tú. Lo que sí voy a decirte es lo que tienes que hacer. Cualquier movimiento violento que hagas hará que tu cabeza vuele por los aires. Hay dos formas de salvarte. Una de ellas es matando a tu compañero que está delante tuyo con la pistola que tienes en tu mano derecha. La otra deberías saberla tú".

Delante suyo hay un hombre. Claramente no se puede defender, está colgado de una cuerda.

James duda un poco pero decide dispararle. La bala lo mata enseguida, pero el hecho de moverse la cuerda que sostenía a Michael, se activa un mecanismo que hace disparar la escopeta de James.

Eric Matthews recibe una llamada de Rigg, otro compañero suyo de la policía.

- Eric, tenemos problemas - le dice Rigg.

- ¿Que ha pasado? - le pregunta Eric.

- Dos de los tres sospechosos que tenemos del atraco a MZ Bank han aparecido muertos en un almacén.

- ¿Donde estás?

- No vengas, ve a la comisaria.

- ... Ok.

En la escena del crimen, Rigg puede leer perfectamente en las paredes "Detective Rigg, quiero jugar a un juego".

A partir de ahora los capítulos serán mas largos.

Este fic será una trilogia, siendo:

- Saw: El origen del miedo
- Saw 2: Título pendiente
- Saw 3: El renacer del miedo