4 dic 2010

Crítica a Saw II: Flesh & Blood por Meristation


Aquí os dejo la crítica al juego de Saw II: Flesh & Blood por la web de Meristation:

4,5 Mediocre

Jigsaw te puede matar... de aburrimiento

Con seis entregas a sus espaldas y la séptima perfilándose en el horizonte, no se puede negar que Saw ha sido una de las sagas más rentables y prolíficas del mundo del celuloide. No en vano, las rebuscadas artimañas de Jigsaw y el alto nivel de suspense, intriga y violencia del que hacían gala las primeras películas catapultaron este sanguinario universo al estrellato. En vista de esta situación, era predecible una adaptación al mundo del videojuego. Después de una primera entrega con algunas buenas ideas aunque envuelta en un halo de mediocridad en muchos apartados, llega la secuela y con ella se desvanecen todas las esperanzas puestas en la mejora de sus puntos más flojos.

Hace aproximadamente once meses irrumpía en nuestras consolas la primera entrega de Saw, adaptación al mundo de los videojuegos de la película homónima que nos proponía una lucha constante por la supervivencia a manos de Jigsaw, el macabro asesino que castiga a los que él considera pecadores, obligándolos a superar duros retos que ponen a prueba su resistencia física y, sobre todo, su cordura. Si bien las adaptaciones de conocidas licencias, ya sea en el mundo del cine, cómic o dibujos animados no suelen salir muy bien paradas en cuanto a valoraciones por parte de crítica y público se refiere, parecía que esta tendencia estaba cambiando con aportaciones como Batman: Arkham Asylum o Spiderman: Shattered Dimensions, productos que han demostrado que no lucen un nombre conocido sólo para obtener dinero fácil a costa de un desarrollo poco trabajado. Desafortunadamente, en el caso que nos ocupa no ocurre como estos dos últimos ejemplos. Sabremos el porqué a continuación.

En esta ocasión, el protagonismo de la historia recae sobre Michael, hijo del detective Tapp, protagonista de la primera entrega. Éste se ha convertido en el nuevo blanco de Jigsaw y se verá envuelto rápida e irremediablemente en su macabro juego, mientras intenta a su vez descubrir los motivos que rodean a la muerte de su padre. Nos encontramos con una secuela tremendamente continuista, no sólo en argumento, también en sus formas con algunas variaciones. Es bastante importante entonces aunque no indispensable, conocer la historia y sus personajes, que ayudarán a sumergirnos en la ambientación y su trasfondo. De no ser así, un jugador primerizo en la saga se podría sentir bastante desconcertado.

Desarrollo:

Nada más empezar y a modo de tutorial, tomamos el control de Campbell, una de las numerosas víctimas de Jigsaw. Tras una breve introducción, acorde al modus operandi de este peculiar asesino, debemos liberarnos de la trampa que sujeta a nuestra cabeza sacando la llave que el psicópata ha colocado debajo de nuestro ojo. Mediante pulsaciones repetidas de un botón y movimientos con el stick analógico cortaremos los puntos de sutura que nos permitirán obtener la llave para liberarnos de una muerte segura, en esta primera toma de contacto. Superada la primera prueba, llega el momento de intentar escapar, explorando las estancias que Jigsaw ha reservado para nosotros.

Al igual que en la anterior entrega, nuestro cometido principal consiste en avanzar superando las frecuentes trampas que Jigsaw ha dispuesto en los entornos que visitamos, y resolver numerosos puzzles y minijuegos que dificultan constantemente nuestros avances. Del mismo modo que en las películas, a menudo encontraremos contratiempos que dificultarán nuestra progresión en forma de trampas en las puertas, cerraduras que desbloquear, algunas puertas que se abren con una combinación numérica y otras que necesitan que arreglemos los circuitos eléctricos que permiten su apertura, entre otras artimañas. Encontramos objetos recolecables dispersos por el escenario en forma de marionetas, documentación y cintas de audio que nos aportan información relativa a esta cruda historia. El concepto parece variado, pero como veremos, es otra "trampa".

En nuestros primeros compases y como ya ocurrió con la entrada de esta saga en el mundo de los videojuegos, el desarrollo se antoja bastante variado y dinámico, gracias a los distintos sucesos que nos irán ocurriendo muy en la línea de las películas. El problema, es que transcurridas pocas horas el desarrollo se vuelve cansino hasta extremos muy elevados, haciendo gala de unas mecánicas jugables que se repiten hasta la saciedad. Este factor, provoca que la experiencia se convierta en algo exageradamente predecible que elimina totalmente el factor sorpresa y la tensión que debería provocar un título de éstas características.

Mecánica de juego:

En cuanto al sistema jugable, el control de nuestro personaje no es uno de los puntos fuertes, moviéndose de forma tosca en escenarios donde la interactividad es nula salvo cuando se nos indica. La mayoría de situaciones son resueltas mediante secuencias QTE, que nos obligan a pulsar determinados botones en un momento determinado en los momentos de acción. Ésta será la forma de avanzar por unos entornos reducidos y tremendamente lineales, donde la solución a cualquier enigma se encuentra a la vuelta de la esquina. En los puzzles, por otra parte, una de cal y otra de arena, hay algunos bastante entretenidos y otros más genéricos, totalmente faltos de creatividad. Además, el método ensayo-error se impone a la hora de superar algunos retos, provocando una inevitable muerte. Para alimentar aún más la frustración, los puntos de guardado no siempre están demasiado bien repartidos, comportando la repetición de los mismas acciones una y otra vez.

Supervivencia:

Como parte habitual de las constantes manipulaciones psicológicas de Jigsaw, encontraremos personajes con intereses contrapuestos al nuestro, que nos obligarán a luchar para defenernos. Si bien en la anterior entrega uno de los apartados que más críticas recibió fue el arcaico sistema de lucha, que respondía a nuestras indicaciones de forma tardía y lenta, en esta ocasión no solo no se ha mejorado, sino que ha ido a peor. Las mecánicas han cambiado de forma radical. Ahora, las luchas se resuelven mediante unas desastrosas secuencias QTE, que nos obligan a pulsar ciertos botones en un momento determinado. No sólo resulta mal implementado, sino que esta mecánica además diluye cualquier sensación de tensión y emoción, al no tener un control directo de la lucha. Este cambio, lejos de mejorar a su predecesor, representa un contundente paso hacia atrás. Además, la nula inteligencia artificial de la que se ha dotado a los enemigos, sólo les ha capacitado para que se abalancen sobre nosotros y nos ataquen una y otra vez.

Apartado técnico:

Pese a hacer uso del motor Unreal Engine, que ya ha demostrado de sobras hasta donde puede llegar, en esta ocasión solo se aprovecha una mínima parte de su potencial. A nivel gráfico nos encontramos con una obra que no destaca precisamente en este apartado, con unos pobres modelados de personajes, y unas texturas que rozan un nivel de detalle bastante justo. Los efectos de iluminación cumplen con su cometido, aunque en definitiva, este título no hace justicia al motor gráfico que utiliza, más teniendo en cuenta que los entornos en los que transcurre la acción son reducidos y bastante limitados, por lo que se echa en falta un poco de atención al detalle. Al menos no encontraremos ralentizaciones, aunque su presencia hubiera sido incomprensible delante de un apartado técnico tan limitado.

Las animaciones, en términos globales, resultan poco atractivas y denotan muy poco trabajo por parte de los desarrolladores. Los movimientos resultan toscos y robóticos y quedan bastante por debajo de lo que cabe esperar. Nuestro personaje se desplaza de forma bastante rígida, y algunos de sus movimientos dejan bastante que desear en la mayoría de situaciones, como por ejemplo en acciones tan cotidianas como abrir y cerrar una puerta o en los momentos de lucha. Otras veces, simplemente son inexistentes, como cuando encendemos un interruptor o recogemos un arma, que aparece como por arte de magia en nuestra mano.

Quizá uno de los aspectos mejor tratados en este título es el apartado artístico, muy acorde a lo que podemos ver en la gran pantalla. Aunque las localizaciones que visitaremos se parecen mucho entre sí, los escenarios cerrados, sucios y lúgubres crean una atmósfera bastante convincente. Por desgracia, toda la posible sensación de opresión y angustia que debería producir un título de estas características, queda anulada como ya hemos comentado por la previsibilidad de los acontecimientos. A esto se suma el flojo apartado técnico, que si bien en las películas el público con el estómago sensible tendría que girar la cabeza delante de ciertas situaciones, pese a que en el caso que nos ocupa hay el mismo nivel de violencia, la discreta puesta en escena no ayuda a que haya la más mínima credibilidad frente a lo que ocurre ante nuestros ojos.

El título llega a nuestras fronteras traducido al castellano manteniendo el doblaje en inglés, que alcanza un nivel más que suficiente, acompañado de música acorde a la saga y piezas de sonido ambiental que están algo por encima del conjunto global. A pesar de todo, no es oro todo lo que reluce. Las expresiones faciales pocas veces acompañan a las voces de los personajes, y algunos efectos de sonido no están del todo sincronizados con la acción, en un apartado que podría haber mejorado notablemente con un poco más de tiempo de desarrollo para limar estas asperezas.

Conclusiones:

Llega la secuela de un juego que pasó sin pena ni gloria por nuestras consolas, provocado en gran parte por ser un producto pensado para engrosar fácilmente las arcas aprovechándose de una conocida y exitosa licencia cinematográfica. Desgraciadamente, parece que los desarrolladores no sólo no han aprendido de los errores cometidos en la anterior entrega, sino que han empeorado algunos aspectos. La repetición constante de situaciones provoca el tedio rápidamente y hace que un desarrollo que tendría que estar plagado de sustos y tensión se convierta en algo fácilmente predecible. Además, el justo apartado técnico resta credibilidad a la violencia que vemos en pantalla.

Un título que denota falta de trabajo en muchos de sus apartados y necesitaría que se le dedicase más tiempo, para pulir sus mecánicas y añadir más puzzles para evitar la repetición gratuita de acciones. En definitiva, una apuesta fácilmente olvidable, que poco o nada aporta al género.

Lo mejor:

- Apartado artístico acorde con las saga.
- El aspecto sonoro refuerza la ambientación de la saga.

Lo peor:

- Apartado técnico muy limitado.
- El sistema de lucha es nefasto.
- Las mecánicas se repiten hasta la saciedad.

Yo en Navidad lo tendré, y una vez lo haya jugado haré mi crítica ;)

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