- Pues no perdamos tiempo - aclara Gibbs -.
Michael le pega una fuerte patada a la puerta y la abre de golpe.
- ¿Edward? - pregunta Gibbs después de entrar en la habitación -.
Capítulo 9
Dulces sueños
Dulces sueños
¿Que quién es Edward? Pues ni más ni menos que el tipo tendido en el matalás en medio de la habitación, con esposas en las manos y los pies, manteniéndolo estirado en dicha posición sobre la cama, y con cinta aislante pegada en la boca, con la intención de mantenerlo calladito. Pero, evidentemente, él intenta chillar y/o hablar con poco resultado.
Gibbs reconce rápidamente a Edward. Se trata de Edward L. Thopson, uno de sus más viejos amigos del cuerpo.
- Joder, Ed, ¡mierda! - se dice Michael acercándose a él -.
Su amigo le responde con varios intentos fallidos de decir algo ("Hmmmmm, ¡Hmmmmm!"). Gibbs le arranca el trozo de cinta que Ed lleva en la boca para que éste pueda hablar.
- ¡Mickey! ¡Darren! ¡Ayudadme, joder!
Darren, James y Homer entran en la habitación y la puerta de ésta se cierra de un golpe. Homer le pega una patada, pero, como ya se esperaba, no sirve de nada. Michael observa la situación de su amigo. Se encuentra tendido y esposado de manos y pies en un matalás, con las piernas fuera de él desde las rodillas. En medio del matalás, debajo, hay una série de engranajes y cachivaches mecánicos raros, entre los que destacan lo que parecen ser dos grandes y escalofriantes muellas metálicas, que parecen mantener la cama en posición horizontal a presión, ya que en los extremos de la cama hay dos cadenas atadas al suelo.
Al lado izquierdo de la cama hay una extraña cápsula de cristal con varias cerraduras metálicas, que parece contener la placa de Edward. Del techo cuelga otra grabadora. Gibbs la coge y le da al play sin pensárselo mucho.
- Hola, agente Gibbs. Antes que nada le vuelvo a recordar que aún puede dejar todo esto e irse a trabajar o a dónde quiera, y dejar que su hermano se... busque la vida. Pero sé que su sentido del deber lo obligará a tomar la decisión incorrecta, y fallar en su juego.
- Mickey, ¿quién cojones es este? - interrumpe la cinta Eddie -.
- Eso intentamos averiguar - le responde Darren -.
- ...delante de usted - prosigue la cinta - se encuentra tendido su viejo amigo Edward Thopson. Vuestra amistad lo llevó a confesarte que estaba metido en las drogas desde hacía tiempo, y que ya había robado algunas cosas.
- ¿Qué? ¡Eso es mentira! - interrumpe Ed a Jigsaw, mientras Darren se lo mira con cara de "Al jefe no le va a gustar esto..." -.
- Usted, agente, mantenió la boca cerrada, por lo que técnicamente también está implicado en el caso. Bien, hoy los dos también estaréis implicados en mi juego. Este juego consiste en que el agente Gibbs debe rescatar a Edward de una dolorosa muerte. Para ello deberá encontrar las 4 llaves escondidas dentro de Edward para así abrir los cerrojos de la caja de metal y sacar la placa de Ed, la cual lleva pegada la llave de su salvación.
- ¿Cómo que "dentro de Ed"? - se asusta Eddie -.
Entonces unas luces se encienden y enfocan la mesilla de noche, donde encima se encuentra un brillante y espantoso bisturí.
- ...creo que eso responde a tus dudas, Ed - se burla Jigsaw de forma en cómo si éste estubiera en la misma sala -. Ya sabe lo que tiene que hacer, agente. Sólo tiene que mirar al gráfico debajo de la cama y sabrá qué gotas de sangre derramar. La llave que salvará a Ed está pegada a su olvidada placa de policía. Sólo dispone de 90 segundos, agente. Que empiece el juego.
Un pequeño reloj de cuenta atrás se activa.
- Dios mío, Mike, ¿qué vamos a hacer? ¡Dime qué coño vamos a hacer! - se asusta Edward -.
Gibbs, respondiéndole con una simple mirada de tensión, saca su pistola y apunta a las esposas de Ed. Darren lo detiene antes de que él apriete el gatillo y le enseña una nota pegada a la pared. "No usen sus armas, ya que cualquier sonido demasiado fuerte será detectado por un sensor escondido en la pared que activará la muerte de Edward.", advierte la nota. Michael se gira hacia el bisturí, se acerca a él y lo coge. Éste mira asustado a Eddie y se agacha.
- Oh, dios mío, no... - lloriquea Ed -. ¡Tiene que haber otra forma!
- Lo siento, Ed - le contesta Michael sacando el gráfico de debajo de la cama -.
- ¡No, tío, joder!
¡ZAS! Sin pensárselo dos veces, Gibbs le clava el bisturí en el pecho derecho (que era el primer lugar que indicava la foto) y lo remueve fuerte para hacer un agujero por el que meter los dedos. Edward grita e intenta resistir el dolor mientras ve cómo brota sangre de sus pectorales. Al verle la cara a Eddie, Michael saca un pañuelo de su bolsillo y se lo mete en la boca para que lo muerda bien fuerte. Darren, Homer y James se lo miran todo detenidamente con una sensación de asco y miedo. Michael saca el bisturí de la herida y mete en él el dedo índice, el del corazón y el pulgar para coger la llave. La saca y se dirige rápido a la cápsula. La mete en el primer cerrojo que ve y, aunque parezca raro, acierta a la primera. Una lucecita encima del cerrojo se enciende. Gibbs alza la cabeza hacia el contador. Quedan 65 segundos.
- Joder, ese tío está completamente enfermo... - se dice Darren -.
Michael vuelve a coger el bisturí lleno de sangre y hecha otro vistazo al gráfico. Se tranquiliza al saber que sólo tiene que sacar dos llaves más. La segunda se encuentra en el muslo derecho de Eddie. Rápidamente Gibbs clava el bisturí en la parte del cuerpo indicada y mete los mismos dedos. Esta vez parece que la llave se esconde a más profundidad. Ed sigue sudando y chillando de dolor. Gibbs encuentra la llave y, al tirar de ella, varias venas atadas entre sí (con una cuerdecilla o algo así) de las que colgava la llave se rompen y empieza a brotar más sangre a chorros. Michael lo ignora debido al escaso tiempo del que dispone y con la llave abre el segundo cerrojo de la cápsula y otra lucecilla se enciende. Quedan 31 segundos.
- ¡Rápido, rápido! ¡Sólo queda una llave! - le grita Ed (con el pañuelo fuera de su boca) a Gibbs -.
PD: No sé qué decir acerca del gran retraso de este capítulo... No he tenido demasiado tiempo, ahora hago diferentes cosas, y el blog lo tengo bastante dejado, la verdad. En fin, lo siento...